Marca no quiere que Pellegrini siga entrenando al Real Madrid. Ya en otoño apretó, y mucho, para que Florentino Pérez pusiera al entrenador chileno en la calle. Ahora, tras la derrota en Lyon, el diario insiste. Quien dice el periódico dice su director, el único que marca la línea editorial del medio. Una línea que su adjunto, Santiago Segurola, desmonta en la web del diario sólo unas horas después de que los ejemplares lleguen a los kioscos. Así, tras una nefasta portada en la que Inda acusa a los árbitros de manipular la competición, Segurola escribe en su bloc un artículo sobre el victimismo y la conspiranoia. Cuando la primera de Marca arrea un guantazo a Pellegrini, Segurola sale a la palestra a denunciar que las figuras del equipo tienen bula.
Ayer, Marca le pegó a Pellegrini uno de los palos más burdos y gratuitos que se recuerdan: “Pellegrini no escuchó a Benzema y a Zidane” cuando “ambos advirtieron del peligro” del Olympique de Lyon. El titular no se corresponde en absoluto con lo que se cuenta. De hecho, en el texto no se cita a Pellegrini, pues se trata de una mera recopilación de declaraciones (de los mencionados Zidane y Benzema, pero también de Diarrá y de Lass) sobre el potencial del equipo francés. Perderá el tiempo quien espere conocer gracias a Marca el momento en que Pellegrini decidió hacer caso omiso a estos avisos, o las razones, o simplemente el indicio a partir del que se pueda deducir que “no escuchó”. Es más: toda la argumentación (?) de Marca estos días para lapidar a Pellegrini tiene como piedra angular la titularidad de Diarrá, ya que eso, según el editorial del periódico (=Inda), el Madrid no necesita “un entrenador empeñado en revolucionar a los suyos en función del rival”. ¿Fue o no fue consciente Pellegrini del potencial del Olympique?
Hoy, Marca vuelve a la carga. No sólo publica unas presuntas conversaciones con “el entorno” de Jose Mourinho, sino que nos ‘desvela’ que los jugadores del Madrid “alucinaron con la vuelta al doble pivote en Lyon”. Tengo a Mourinho por un gran entrenador, pero no precisamente por un lírico. Y, a diferencia del estoico y prudente Pellegrini, que parece la reencarnación del Santo Job, no me imagino al amigo Mou aguantando en silencio los recaditos de un periodista sabiondo.
http://www.lalibretadevangaal.com/2010/02/entrenadores-que-no-escuchan.html