En el Golfo Pérsico, la noticia más vista de hoy provoca la risa con sólo leer el titular: la desafortunada historia de un diplomático árabe que ha logrado la cancelación de su boda en los tribunales después de constatar que la radiante novia, a quien sólo había visto con el niqab (velo integral), es en realidad bizca y luce una capa de vello facial.
El estrambótico episodio sucedió en Dubai, según explica el diario emiratí Gulf News. El protagonista es nada menos que un embajador que también ostenta el título de ministro plenipotenciario de un país que no ha trascendido.
El diplomático, destacado en el Golfo, decidió movilizar a su familia para buscarle una novia, una práctica común en el mundo musulmán. Su madre se puso a la tarea y contactó con la madre de la que sería su prometida, quien le mostró fotos de la chica en cuestión. En realidad, quien aparecía en las imágenes era la hermana de la que sería su futura esposa, y no ésta. Pero él no lo supo hasta que no fue demasiado tarde.
Antes de la boda se encontró con la joven varias veces, según fuentes del Gulf News, pero ésta siempre iba cubierta con el niqab. “Cada vez que la pareja se encontraba, la novia hacia lo posible para no mostrarle su cara completa. Después de que el embajador y la mujer, médico de profesión, firmaran el contrato de matrimonio, el novio, que estaba sentado junto a la novia, solicitó a los delegados del tribunal de la Sharia [oficiantes del matrimonio] poder besar a su novia, y entonces descubrió que tenía barba y que era bizca”, detallaba el testigo citado por el citado diario emiratí.
El diplomático solicitó en el acto la anulación de la fiesta, que precede a la firma del documento oficial de matrimonio, y solicitó en el mismo momento el divorcio alegando haber sido engañado por sus suegros. En su demanda, el novio alegaba haber sufrido un grave daño emocional y moral y exigía que la familia de la novia devuelva los 100.000 euros que se gastó en joyas, ropa y regalos durante el cortejo. Durante el juicio, llegó a pedir que la joven fuera examinada por expertos para determinar si sufre problemas hormonales, algo que fue descartado por los médicos consultados por el tribunal. Los jueces islámicos concedieron el divorcio al embajador pero rechazaron su petición de que la familia devolviese el valor de los regalos.
El estrambótico episodio sucedió en Dubai, según explica el diario emiratí Gulf News. El protagonista es nada menos que un embajador que también ostenta el título de ministro plenipotenciario de un país que no ha trascendido.
El diplomático, destacado en el Golfo, decidió movilizar a su familia para buscarle una novia, una práctica común en el mundo musulmán. Su madre se puso a la tarea y contactó con la madre de la que sería su prometida, quien le mostró fotos de la chica en cuestión. En realidad, quien aparecía en las imágenes era la hermana de la que sería su futura esposa, y no ésta. Pero él no lo supo hasta que no fue demasiado tarde.
Antes de la boda se encontró con la joven varias veces, según fuentes del Gulf News, pero ésta siempre iba cubierta con el niqab. “Cada vez que la pareja se encontraba, la novia hacia lo posible para no mostrarle su cara completa. Después de que el embajador y la mujer, médico de profesión, firmaran el contrato de matrimonio, el novio, que estaba sentado junto a la novia, solicitó a los delegados del tribunal de la Sharia [oficiantes del matrimonio] poder besar a su novia, y entonces descubrió que tenía barba y que era bizca”, detallaba el testigo citado por el citado diario emiratí.
El diplomático solicitó en el acto la anulación de la fiesta, que precede a la firma del documento oficial de matrimonio, y solicitó en el mismo momento el divorcio alegando haber sido engañado por sus suegros. En su demanda, el novio alegaba haber sufrido un grave daño emocional y moral y exigía que la familia de la novia devuelva los 100.000 euros que se gastó en joyas, ropa y regalos durante el cortejo. Durante el juicio, llegó a pedir que la joven fuera examinada por expertos para determinar si sufre problemas hormonales, algo que fue descartado por los médicos consultados por el tribunal. Los jueces islámicos concedieron el divorcio al embajador pero rechazaron su petición de que la familia devolviese el valor de los regalos.