-¿Hubo un complot para impedir que Di Stéfano jugara en el Barça?
¿Cómo se organizó?
Sí, se puede hablar del complot porque se producen una serie de situaciones
y actuaciones que lo confirman. En primer lugar, hoy en día sería impensable
el “conflicto” de intereses Barça-Madrid con el “caso Di Stéfano” porque la
FIFA hubiera intervenido a favor del Barça ya que tenía firmado un contrato
con el club propietario legítimo del jugador, River Plate, y contaba con el
deseo, la voluntad y el compromiso del jugador, que se había comprometido
con Samitier, secretario técnico del Barcelona. Además, con Di Stéfano ya en
Barcelona, la Federación Española de Fútbol se sacó de la manga una ley que
prohibía participar en el campeonato de Liga a los jugadores extranjeros.
Bien, cuando fue fichado por el Madrid, se denegó dicha ley…Y, para el
colmo, se amenazó al presidente del FC Barcelona, Enric Martí Carreto,
industrial del textil con cortarle las alas a sus negocios amenazándole en el
asunto de la importación de algodón. En aquellos momentos se requería la
autorización del Instituto de la Moneda Extranjera para realizar transacciones
con países extranjeros. Se vulneró cualquier ética y se penetró en lo
personal y profesional del presidente del Barça para que aceptara un pacto
ridículo: que Di Stéfano jugara alternativamente en el Barça y en el Madrid
durante 4 temporadas (un caso sin precedentes en la historia del deporte
profesional). Su sobrino nos admitió que en Madrid a Martí Carreto le
dijeron: “Martí, sea sensato, que usted tiene familia…”
-¿Qué razones impulsaron al régimen franquista para intervenir en
una cuestión como ésta?
El Barcelona era el auténtico dominador del fútbol español desde el inicio de
la década de los cincuenta. Contaba con un formidable equipo, con Kubala
como máxima estrella. Ganó la Copa 1951; Liga y Copa de la temporada
1951-52, y de nuevo Liga y Copa en la 1952-53. Era un equipo imparable.
También ganó dos copas Latinas (precedente de la Copa de Europa) en 1949
y 1952. Toda Cataluña salió a la calle, el Barça era más que un club. Y el
régimen franquista, con la dicha que el fútbol podía servir de conducto de
distracción de la población ante los problemas reales del país (que eran
muchos), vio que la balanza, el equilibrio del fútbol español, estaba
completamente desnivelado hacia Barcelona. Aquél equipo de Kubala y Di
Stéfano sería realmente imparable. Y fue entonces cuando Bernabeu entró en
acción y halló todas las facilidades en el aparato del Estado para salir airoso
con sus propósitos.
-¿Se podría decir que fue más bien un fichaje “político”? ¿Por qué?
Sí, para impedir que un club de una región “periférica” ganara la partida, año
tras año, al gran club de la capital. En las juntas directivas de Bernabéu
había militares, personas muy próximas a ministros de Franco, gente de
negocios con influencias en el Pardo… Y aquella situación futbolística
molestaba, humillaba. Bernabéu movio a su favor los hilos del Estado en el
caso Di Stéfano. Consiguió que se presionara al presidente de Barça y al
mismo jugador. Contaba con el apoyo de la Federación Española de Fútbol,
formada mayoritariamente por socios del Real Madrid. Y convirtieron lo que
era un fichaje “de facto” del Barcelona en un asunto de Estado. Se
inventaron la estrategia de “un año para mí, otro para ti” cuando el Madrid -
siendo muy generosos- sólo podía aspirar a los derechos de Di Stéfano para
la temporada 1953-54 aunque saltándose la potestad que River Plate tenía
sobre el jugador.
-¿Qué pesó más y por qué: desfavorecer al Barça o favorecer al
Madrid?
Yo creo que favorecer al Madrid. Evidentemente, se privó al Barcelona de
formar una pareja con el mejor jugador europeo del momento (Kubala) y el
mejor suramericano (Di Stéfano) pero quién dio un gran salto de calidad fue
el Madrid con la Saeta Rubia: hasta el momento el Madrid sólo había
conseguido 2 ligas desde la puesta en marcha del campeonato (1929). En los
11 años de Di Stéfano en el Madrid (1953-1964) el Madrid conquistó 8 ligas y
las 5 primeras Copas de Europa. Y el franquismo hizo bandera de los nuevos
héroes de Flandes, la dictadura se aprovechó del Madrid. Bien, este binomio
empezó con la incoporación de Di Stéfano en el club blanco. Y sin olvidar que
el Madrid había inaugurado un fabuloso estadio (Chamartín) en 1947, tenía
grandeza patrimonial pero no éxitos deportivos. Santiago Bernabéu,
presidente del Madrid (y militar voluntario a los 43 años en la guerra civil al
lado del bando faccioso), siempre dijo que ellos tenían que haber fichado a
Kubala, que no fueron hábiles en su momento y prometió que jamás le
volvería a ocurrir tal situación.
hemos hablado con el periodista Jordi Finestres, colaborador de La Vanguardia y especialista en historia del deporte. Él y el
también periodista del diario catalán, Xavier García Luque, son los autores del libro
“El caso Di Stefano. Toda la verdad sobre el caso que marcó una época”.
¿Cómo se organizó?
Sí, se puede hablar del complot porque se producen una serie de situaciones
y actuaciones que lo confirman. En primer lugar, hoy en día sería impensable
el “conflicto” de intereses Barça-Madrid con el “caso Di Stéfano” porque la
FIFA hubiera intervenido a favor del Barça ya que tenía firmado un contrato
con el club propietario legítimo del jugador, River Plate, y contaba con el
deseo, la voluntad y el compromiso del jugador, que se había comprometido
con Samitier, secretario técnico del Barcelona. Además, con Di Stéfano ya en
Barcelona, la Federación Española de Fútbol se sacó de la manga una ley que
prohibía participar en el campeonato de Liga a los jugadores extranjeros.
Bien, cuando fue fichado por el Madrid, se denegó dicha ley…Y, para el
colmo, se amenazó al presidente del FC Barcelona, Enric Martí Carreto,
industrial del textil con cortarle las alas a sus negocios amenazándole en el
asunto de la importación de algodón. En aquellos momentos se requería la
autorización del Instituto de la Moneda Extranjera para realizar transacciones
con países extranjeros. Se vulneró cualquier ética y se penetró en lo
personal y profesional del presidente del Barça para que aceptara un pacto
ridículo: que Di Stéfano jugara alternativamente en el Barça y en el Madrid
durante 4 temporadas (un caso sin precedentes en la historia del deporte
profesional). Su sobrino nos admitió que en Madrid a Martí Carreto le
dijeron: “Martí, sea sensato, que usted tiene familia…”
-¿Qué razones impulsaron al régimen franquista para intervenir en
una cuestión como ésta?
El Barcelona era el auténtico dominador del fútbol español desde el inicio de
la década de los cincuenta. Contaba con un formidable equipo, con Kubala
como máxima estrella. Ganó la Copa 1951; Liga y Copa de la temporada
1951-52, y de nuevo Liga y Copa en la 1952-53. Era un equipo imparable.
También ganó dos copas Latinas (precedente de la Copa de Europa) en 1949
y 1952. Toda Cataluña salió a la calle, el Barça era más que un club. Y el
régimen franquista, con la dicha que el fútbol podía servir de conducto de
distracción de la población ante los problemas reales del país (que eran
muchos), vio que la balanza, el equilibrio del fútbol español, estaba
completamente desnivelado hacia Barcelona. Aquél equipo de Kubala y Di
Stéfano sería realmente imparable. Y fue entonces cuando Bernabeu entró en
acción y halló todas las facilidades en el aparato del Estado para salir airoso
con sus propósitos.
-¿Se podría decir que fue más bien un fichaje “político”? ¿Por qué?
Sí, para impedir que un club de una región “periférica” ganara la partida, año
tras año, al gran club de la capital. En las juntas directivas de Bernabéu
había militares, personas muy próximas a ministros de Franco, gente de
negocios con influencias en el Pardo… Y aquella situación futbolística
molestaba, humillaba. Bernabéu movio a su favor los hilos del Estado en el
caso Di Stéfano. Consiguió que se presionara al presidente de Barça y al
mismo jugador. Contaba con el apoyo de la Federación Española de Fútbol,
formada mayoritariamente por socios del Real Madrid. Y convirtieron lo que
era un fichaje “de facto” del Barcelona en un asunto de Estado. Se
inventaron la estrategia de “un año para mí, otro para ti” cuando el Madrid -
siendo muy generosos- sólo podía aspirar a los derechos de Di Stéfano para
la temporada 1953-54 aunque saltándose la potestad que River Plate tenía
sobre el jugador.
-¿Qué pesó más y por qué: desfavorecer al Barça o favorecer al
Madrid?
Yo creo que favorecer al Madrid. Evidentemente, se privó al Barcelona de
formar una pareja con el mejor jugador europeo del momento (Kubala) y el
mejor suramericano (Di Stéfano) pero quién dio un gran salto de calidad fue
el Madrid con la Saeta Rubia: hasta el momento el Madrid sólo había
conseguido 2 ligas desde la puesta en marcha del campeonato (1929). En los
11 años de Di Stéfano en el Madrid (1953-1964) el Madrid conquistó 8 ligas y
las 5 primeras Copas de Europa. Y el franquismo hizo bandera de los nuevos
héroes de Flandes, la dictadura se aprovechó del Madrid. Bien, este binomio
empezó con la incoporación de Di Stéfano en el club blanco. Y sin olvidar que
el Madrid había inaugurado un fabuloso estadio (Chamartín) en 1947, tenía
grandeza patrimonial pero no éxitos deportivos. Santiago Bernabéu,
presidente del Madrid (y militar voluntario a los 43 años en la guerra civil al
lado del bando faccioso), siempre dijo que ellos tenían que haber fichado a
Kubala, que no fueron hábiles en su momento y prometió que jamás le
volvería a ocurrir tal situación.
hemos hablado con el periodista Jordi Finestres, colaborador de La Vanguardia y especialista en historia del deporte. Él y el
también periodista del diario catalán, Xavier García Luque, son los autores del libro
“El caso Di Stefano. Toda la verdad sobre el caso que marcó una época”.