por Tritranquil Vie Oct 18, 2013 8:58 pm
La noticia de que un empresario castellonense tenía la patente de la bandera independentista catalana sorprendía a propios y extraños este miércoles a primera hora de la mañana. Según el diario La Razón, José Antonio Blázquez Jiménez había podido registrar el símbolo de la estelada al no ser una bandera oficial y podía requerir un porcentaje de los beneficios que de este diseño se deriven en concepto de indemnización. Pero los independentistas pueden respirar tranquilos: nadie es dueño ni tiene el uso exclusivo de la enseña política de moda en Catalunya.
"Se trata de un diseño de dominio público", asegura Pepe Isern, experto en patentes y marcas, que añade que "no es ni original, ni novedoso, ni singular, las únicas condiciones que ley contempla para que se pueda considerar diseño industrial y, por lo tanto, imponer un uso exclusivo". En contra de lo que indica la mencionada información, la estelada no es, por lo tanto, susceptible de ser patentada o registrada y, en todo caso, sólo es posible registrar "diseños alternativos con variaciones sustanciales de la bandera original". Este sería más bien el caso del empresario, que ha presentado distintos dibujos en su registro del 25 de julio, incluido uno impugnado por Esquerra Republicana por su enorme parecido. Pero incluso en estos casos, si hubiera un requerimiento por parte del empresario a alguien que quisiera usarlos, a la práctica, podrán ser declarado nulos casi con toda seguridad, asegura el experto, socio de J.Isern Patentes y Marcas.
¿Por qué han sido pues registradas? Isern explica que el registro es un puro trámite de la Oficina Española de Patentes y Marcas que no contempla un "trámite de oposición". Esto significa que el ente público se limita a hacer el registro y después la validez o nulidad de los diseños depende del acuerdo entre las partes, es decir, el que tiene la patente y el quiere utilizar el diseño. "Hay miles de diseños registrados que, a la práctica, son nulos", añade. Mucho más falso es además que el registro pueda ser válido en la exhibición de la bandera por parte de ayuntamientos u otros entes porque, en todo caso, la ley sólo protegería el registro en el caso de uso industrial o comercialización.
De esta forma, Isern niega muchas de las afirmaciones de Blázquez en el rotativo, que llega a asegurar que puede prohibir "que se venda, exhiba y se fabriquen copias" de la bandera independentista. "La pretensión de este empresario no tiene ningún fundamento", sentencia. "Me gustaría saber quién le ha asesorado", dice el experto, que añade que también es falso que la ley obligue a hacer el registro en blanco y negro, como también indica la información.
La estelada no es una bandera oficial pero tampoco puede considerarse que su diseño sea "novedoso u original" para que sea tomado como un diseño industrial. Su origen se remonta a principios del siglo XX, cuando grupos independentistas catalanes se inspiraron en la bandera de Cuba -que en 1898 se independizó de España- para crear un nuevo símbolo. Se considera a su creador a Vicenç Albert Ballester. El documento más antiguo en el que aparece la estelada tiene su fecha el 11 de septiembre de 1918, en un documento en el que se reclamaba en inglés una revisión del Tratado de Utrech.