por Tritranquil Mar Jul 23, 2013 11:06 pm
"Me llamo Jerry Givens y trabajé en una prisión del estado de Virginia durante 25 años, en el corredor de la muerte". Givens eraguardia del corredor ymiembro del equipo de ejecución. Durante 17 de los 25 años enlos queejerció como verdugo en aquella cárcel 62 condenados a muerte fueron ejecutados "26 por inyección letal, 37 electrocutados", detalla Givens y añade "para mí era solo trabajo".Hoy recorre el mundo para clamar contra la pena de muerte.
"Me llamo Jerry Givens y trabajé en una prisión del estado de Virginia durante 25 años"
"No tengo tiempo para centrarme en la vida que se quita sino en la vida que hay que intentar salvar. ¿Qué es más importante: salvar una vida o quitarla?, se pregunta mientras no deja de mover las manos para subrayar su conversión; "trasla ejecución de un chico,cuando leí en el certificado, causa de la muerte: homicidio,me dije a mí mismo: tratamos de reducir la tasa de homicidios, ¿por qué la aumentamos? y eso no tenía sentido. En realidad es una venganza".
En la mente de los conversos, aquéllos que apoyaron la pena de muerte en su día y ahora gritan contra estas ejecuciones, casi siempre acampan los errores. Jerry Givens está convencido que en su país tener un juicio justo y tener dinero está directamente relacionado y también está convencido de tener una profunda y directa vía de comunicación con el dios en el que cree, "me dije a mí mismo: quizá estas 62 personas, o algunas de ellas, no han tenido un juicio justo. Entonces Dios me envió el mensaje de parar lo que estaba haciendo.
Cuando empecé dije a Dios, esta gente no merece vivir por los crímenes que han cometido: pero quién soy yo para juzgar. Si Dios quita una vida, es todavía Dios, pero si yo quito una vida, ¡eso esuna ejecución!
Hacia 1999 esa voz interior que unos llaman conciencia y otros le ponen el nombre de un dios, le pidió que parara, que dejara lo que estaba haciendo, que abandonara las ejecuciones... y Jerry lo hizo.