por DANTE Dom Jun 02, 2013 11:24 am
Por qué apesta la directiva del Madrid
Punto 1. El presidente: El Real viene de un modelo de elecciones abiertas que a efectos prácticos ha sido abolido, aunque se mantenga -de manera muy interesada- esa ficción de que “el Madrid es de los socios”. No quiero dar la espalda a la realidad de que hoy el club es una multinacional importante, con 500 y pico millones de presupuesto, y que por eso necesita un dirección altamente capacitada para la gestión empresarial. No obstante, lo que nos hizo crecer fue la fuerza de nuestra masa social, el hecho de que cualquier persona con buenas ideas y un buen proyecto pudiera llegar a la presidencia. ¿Gestión empresarial? Contratando a un puñado de ejecutivos de alto nivel puedes mantener al club generando muchísimo dinero, simplemente gestionando la marca con un mínimo de habilidad. Pero para mí la labor principal del presidente no es aumentar la facturación: es marcar una estrategia deportiva (absolutamente inexistente en las últimas décadas), defender al club frente a los enemigos externos (abundantísimos), innovar y liderar, sacar el máximo provecho a nuestra imagen y capital humano.
¿Ha conseguido el actual presidente, Florentino Pérez, realizar todas esas funciones? La respuesta es, rotundamente, NO. Ya es bastante malo que se le nombrara presidente por aclamación, debido a unas normas electorales tan restrictivas que dejan fuera al 99 % de los socios, pero es que después de 10 años acumulados de mandato ha dejado claro que no da la talla. No me hablen de beneficios ni de merchandising: rentabilizar el Madrid tiene tanto mérito como hacerlo con la Coca Cola; de hecho, creo que aún podríamos dar más beneficios. En las tareas fundamentales que he citado (estrategia deportiva, defensa, innovación…), Pérez ha sido un rotundo fracaso. Pese a haber contado siempre con un apoyo social en torno al 90%, tras aquel fogonazo del primer año se ha comportado como si tuviera el 30%: timorato, políticamente correcto, siempre pendiente de complacer al mayor parásito y enemigo del club, que es la prensa deportiva. Un hombre que ha delegado durante años en Jorge Valdano, un incapaz absoluto y totalmente nocivo para el club. Que no me vengan con milongas de que Pérez “maneja los hilos desde atrás”: en su vida sólo se ha cargado a un periodista deportivo, José María García, principalmente por una cuestión de odio personal y porque lo veía como amenaza a su continuidad. Otros que lo humillaron incalificablemente en directo, como Manolo Lama, siguen vivitos y coleando.
Punto 2. La junta directiva: Las momias de Egipto tienen más frescura y vitalidad que la gerontocracia que actualmente “gobierna” el Real Madrid. No existe imagen más deprimente para un madridista que la mesa de presidencia de las asambleas, donde puede verse, puesta en fila, a esa colección de septuagenarios con papada y olor a naftalina, a puntito de quedarse dormidos en sus asientos y cuya única función es ser testigos mudos de la gloria del Dios-presidente. Durante el transcurso del año, la “tarea” de un directivo se resume en hablar con periodistas deportivos y contarles lo poco que saben de las verdaderas intenciones del mandamás, quien les cuenta lo menos posible porque sabe que no son de fiar.
Quizá tenga todo una pátina muy democrática, pero seamos serios: ¿para qué sirve esta colección de viejos chochos? ¿Alguno se lo imagina haciendo propuestas alternativas a las del presidente? ¿Planteando la urgencia de abrir el cupo de socios, antes de que nos supere el puto Atleti? ¿Proponiendo la necesidad de entradas más baratas y una grada joven? ¿Sacando a debate la construcción de un nuevo estadio, que realmente cubra las necesidades del siglo XXI? ¿Elaborando una estrategia para revitalizar el baloncesto? Volvemos al mismo problema: al cercenarse la posibilidad de competir varias candidaturas, es imposible que se forme un equipo joven e innovador que lidere al club ante los retos de nuestra época, y sólo podemos aspirar a ser dirigidos por un sátrapa rodeado de vejestorios asentidores. Es patético.
Conclusiones
Miren, a una directiva del Real Madrid no hay que pedirle tanto: sólo que asuman que somos el mejor club del mundo y se comporten como tal. ¿Cómo es que una puta mierda de club como el Wigan puede fichar a un entrenador, firmarlo por un montón de años, y mantenerlo (¡¡incluso bajando a Segunda!!), y en el Madrid actual eso es impensable? Porque faltan cojones y capacidad, todo lo demás son milongas. Si el señor Pérez tiene servidumbres y muertos bajo la alfombra (traducido: pufos empresariales que lo hundirían si salieran a la luz) que dimita: los socios del Real Madrid no tenemos por qué pagar sus debilidades. Es el último eslabón de una cadena iniciada con Mendoza, con sucesivas directivas que han ido degradando nuestra fuerza e independencia hasta convertirnos en algo irreconocible. Son ellas las principales responsables de que hayamos perdido nuestra identidad y hayamos degenerado en un vulgar circo para el entretenimiento de la masa, tanto madridista como antimadridista, e incluso la no aficionada al fútbol.
Fans del Madrid