El estadio mas importante de América cumple 75 años. La emblemática cancha de River estadio Antonio Vespucio Liberti "El Monumental" hoy cumple años.
Construido en terrenos ganados al Río de La Plata, la gigantesca obra tapó los prejuicios de la época y, a 75 años de su inauguración, sigue siendo el estadio más emblemático de la Argentina. Un viaje en la historia del templo millonario.
El estadio Antonio Vespucio Liberti es mucho más que una cancha. Para el hincha de River representa ese templo de fútbol y pasión que se llena domingo a domingo, partido a partido para acompañar al equipo de sus amores y para, desde las tribunas, empujar con aliento, con color, y aunar los festejos en un único grito en una eterna comunión que va desde el verde césped a las plateas, a la popular y viceversa.
Este 26 de mayo, hace 75 años, el Monumental, como es popularmente conocido, tuvo su primera función. Colmado con casi 70 mil personas (aunque dicen que hubo muchas más), River le ganó 3-1 en un amistoso a Peñarol, con goles de Carlos Peucelle, José Manuel Moreno y Bernabé Ferreyra, todos ídolos de los primeros años millonarios.
La construcción, a cargo de los arquitectos José Aslan y Héctor Ezcurr, había comenzado dos años antes y llevó un tiempo récord. En la época se decía que, para ser grande, un club necesitaba un estadio de dimensiones gigantes y Vespucio Liberti, visionario presidente por aquellos años, dio el primer paso para abandonar la cancha de Alvear y Tagle, que River alquilaba.
Los terrenos donde craneó la monumental obra eran inhóspitos. Por aquellos días Núñez era casi el límite de la Capital y buena parte de lo que hoy es el barrio River era la orilla del Río de La Plata. De a poco el club fue adquiriendo metros cuadrados y ganándole la batalla al río hasta conseguir ocho hectáreas y medias de predio en un sitio que luego sería de los más caros de Buenos Aires. A Liberti lo habían tratado de “loco e irresponsable” por impulsar semejante empresa.
Las primeras en erigirse fueron las tribunas (hoy plateas) San Martín y Belgrano. Luego siguió la Centenario y el Monumental quedó como una herradura abierta al río. La tribuna Sívori (antes Almirante Brown) fue comenzada gracias a la venta de aquel jugador en 1957 y culminada para el Mundial de 1978, cuando Argentina consiguió su primer título del mundo.
En la actualidad, con incontables partidos, goles, alegrías y tristezas, el Monumental sigue siendo el estadio más grande del país y el quinto más emblemático del mundo según un estudio reciente. Además de ver a la Selección y a River campeón en varias oportunidades, el estadio se usa para recitales y otros eventos de masiva convocatoria. Como alguna vez lo definió Adolfo Pedernera, integrante de la famosa Máquina, “el Monumental era demasiado para la época. Fue sin dudas el gran paso del Gigante”.
La camiseta que lucirá hoy el equipo:
como no emocionarse
Construido en terrenos ganados al Río de La Plata, la gigantesca obra tapó los prejuicios de la época y, a 75 años de su inauguración, sigue siendo el estadio más emblemático de la Argentina. Un viaje en la historia del templo millonario.
El estadio Antonio Vespucio Liberti es mucho más que una cancha. Para el hincha de River representa ese templo de fútbol y pasión que se llena domingo a domingo, partido a partido para acompañar al equipo de sus amores y para, desde las tribunas, empujar con aliento, con color, y aunar los festejos en un único grito en una eterna comunión que va desde el verde césped a las plateas, a la popular y viceversa.
Este 26 de mayo, hace 75 años, el Monumental, como es popularmente conocido, tuvo su primera función. Colmado con casi 70 mil personas (aunque dicen que hubo muchas más), River le ganó 3-1 en un amistoso a Peñarol, con goles de Carlos Peucelle, José Manuel Moreno y Bernabé Ferreyra, todos ídolos de los primeros años millonarios.
La construcción, a cargo de los arquitectos José Aslan y Héctor Ezcurr, había comenzado dos años antes y llevó un tiempo récord. En la época se decía que, para ser grande, un club necesitaba un estadio de dimensiones gigantes y Vespucio Liberti, visionario presidente por aquellos años, dio el primer paso para abandonar la cancha de Alvear y Tagle, que River alquilaba.
Los terrenos donde craneó la monumental obra eran inhóspitos. Por aquellos días Núñez era casi el límite de la Capital y buena parte de lo que hoy es el barrio River era la orilla del Río de La Plata. De a poco el club fue adquiriendo metros cuadrados y ganándole la batalla al río hasta conseguir ocho hectáreas y medias de predio en un sitio que luego sería de los más caros de Buenos Aires. A Liberti lo habían tratado de “loco e irresponsable” por impulsar semejante empresa.
Las primeras en erigirse fueron las tribunas (hoy plateas) San Martín y Belgrano. Luego siguió la Centenario y el Monumental quedó como una herradura abierta al río. La tribuna Sívori (antes Almirante Brown) fue comenzada gracias a la venta de aquel jugador en 1957 y culminada para el Mundial de 1978, cuando Argentina consiguió su primer título del mundo.
En la actualidad, con incontables partidos, goles, alegrías y tristezas, el Monumental sigue siendo el estadio más grande del país y el quinto más emblemático del mundo según un estudio reciente. Además de ver a la Selección y a River campeón en varias oportunidades, el estadio se usa para recitales y otros eventos de masiva convocatoria. Como alguna vez lo definió Adolfo Pedernera, integrante de la famosa Máquina, “el Monumental era demasiado para la época. Fue sin dudas el gran paso del Gigante”.
La camiseta que lucirá hoy el equipo:
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