http://www.jotdown.es/2013/03/hristo-stoichkov-no-se-si-el-barca-entonces-tenia-complejos-se-que-llegue-yo-y-no-tuvo-mas/
En la eliminatoria anterior jugasteis contra el Roda de Michel Boerebach.
Aquí les ganamos 2 a 1. Íbamos 2-0 y nos metió Boerebach una falta desde muy lejos. Me cabreé con el portero que no veas, ¡eran cuarenta metros, joder! Chutaba muy bien este tío. Pero en la vuelta le salió todo mal. Iban ganando ellos 2-0, nos habían remontado la eliminatoria, y de repente Boerebach se la fue a ceder al portero, lo vi, me fui al área y me la terminó dando a mí, que marqué y fuimos a penaltis. Yo tiré el penúltimo. Lo metí. Al volver, me crucé con él, le miré a los ojos y le dije: “Hijo de puta, vas a fallar”. Pum. Y falló, fíjate la rabia que tenía el tío. Tuvo muy mala suerte aquel día.
Empezaste de central.
Sí, como Alexanco, pero me di cuenta de que los que valen dinero son los de medio campo para arriba. Como defensa, era duro, y al ser rápido nadie conseguía desbordarme. Pero un día Ognyan decidió que podía jugar en ataque y luego volver a defender. La velocidad que tenía se podía aprovechar más en ataque. Siempre he jugado con el 8, casi toda la vida. Empecé con el 5 de niño, de defensa. Me cambiaban un día al 4, otro día al 6, pero el 8 es muy particular en Bulgaria. Luego me lo dieron en la selección. Y una vez me puse el 4 porque le metí al Levski cuatro goles en el derbi y en el siguiente partido salí con el 4 para joderlos (risas).
Afortunadamente, tuve la suerte de poder jugar contra el Barcelona. Antes habíamos jugado un torneo en Mallorca, donde me expulsaron, por cierto, uno de los peores árbitros de la época. Roca se llamaba, un tipo alto, un banquero. Una cosa es juntar dinero, y otra pitar. Sin saber ni una palabra de español, le hablé en búlgaro y no sé qué entendió, pero me expulsó. Cuando me fui al vestuario, me acerqué al banquillo del Barça a insultarles (risas) y festival total. Así fueron mis primeros contactos. Después vino José María Minguella al hotel y comenzó el seguimiento del Barcelona.
" Ahora, en el campo, todos a tomar por saco. Mira, con Iván Zamorano, he estado a punto de romperle la cara en la entrada del vestuario, a puntito, y somos íntimos amigos, pero íntimos. En el campo no hay amigos. Después, cuando termina el partido, donde quieras. ¿Vamos de vacaciones? De vacaciones. ¿A beber? A beber."
Joder Menudo personaje
En la eliminatoria anterior jugasteis contra el Roda de Michel Boerebach.
Aquí les ganamos 2 a 1. Íbamos 2-0 y nos metió Boerebach una falta desde muy lejos. Me cabreé con el portero que no veas, ¡eran cuarenta metros, joder! Chutaba muy bien este tío. Pero en la vuelta le salió todo mal. Iban ganando ellos 2-0, nos habían remontado la eliminatoria, y de repente Boerebach se la fue a ceder al portero, lo vi, me fui al área y me la terminó dando a mí, que marqué y fuimos a penaltis. Yo tiré el penúltimo. Lo metí. Al volver, me crucé con él, le miré a los ojos y le dije: “Hijo de puta, vas a fallar”. Pum. Y falló, fíjate la rabia que tenía el tío. Tuvo muy mala suerte aquel día.
Empezaste de central.
Sí, como Alexanco, pero me di cuenta de que los que valen dinero son los de medio campo para arriba. Como defensa, era duro, y al ser rápido nadie conseguía desbordarme. Pero un día Ognyan decidió que podía jugar en ataque y luego volver a defender. La velocidad que tenía se podía aprovechar más en ataque. Siempre he jugado con el 8, casi toda la vida. Empecé con el 5 de niño, de defensa. Me cambiaban un día al 4, otro día al 6, pero el 8 es muy particular en Bulgaria. Luego me lo dieron en la selección. Y una vez me puse el 4 porque le metí al Levski cuatro goles en el derbi y en el siguiente partido salí con el 4 para joderlos (risas).
Afortunadamente, tuve la suerte de poder jugar contra el Barcelona. Antes habíamos jugado un torneo en Mallorca, donde me expulsaron, por cierto, uno de los peores árbitros de la época. Roca se llamaba, un tipo alto, un banquero. Una cosa es juntar dinero, y otra pitar. Sin saber ni una palabra de español, le hablé en búlgaro y no sé qué entendió, pero me expulsó. Cuando me fui al vestuario, me acerqué al banquillo del Barça a insultarles (risas) y festival total. Así fueron mis primeros contactos. Después vino José María Minguella al hotel y comenzó el seguimiento del Barcelona.
" Ahora, en el campo, todos a tomar por saco. Mira, con Iván Zamorano, he estado a punto de romperle la cara en la entrada del vestuario, a puntito, y somos íntimos amigos, pero íntimos. En el campo no hay amigos. Después, cuando termina el partido, donde quieras. ¿Vamos de vacaciones? De vacaciones. ¿A beber? A beber."
Joder Menudo personaje