http://www.elmundo.es/elmundodeporte/2012/04/25/futbol/1335311986.html
Real Madrid y Bayern Múnich frente a frente por 20ª vez en competición europea. Nunca otro duelo continental tuvo tantas batallas. Si bien los alemanes ganaron más veces -11, por seis los españoles, más dos que finalizaron en tablas-, en eliminatorias superadas hay un empate a cuatro que se romperá hoy. Dos veces se presentó el Bayern en Chamartín en el partido de vuelta con una renta mínima (3-2 en 1988 y 2-1 en 2002), y las dos veces el Real Madrid remontó. Dato para el optimismo que contrasta con otro que resume la última década de los blancos en Europa: no ha habido otra remontada desde la última al ya eterno enemigo bávaro.
Levantó el Madrid los resultados adversos en la ida de las ediciones de 2003 y 2008 de la Supercopa de España, ante Mallorca y Valencia respectivamente, pero ni en la Champions League ni en la Copa del Rey ha sido capaz de repetir lo sucedido el 10 de abril de 2002, la última noche mágica en el Santiago Bernabéu.
No llega este Real Madrid-Bayern Múnich tan caliente como el de hace 10 años en cuartos de final de la máxima competición continental. Tantos partidos en poco tiempo –era el octavo enfrentamiento desde febrero de 2000; dos en la segunda fase de grupos de la Champions, dos en semifinales de ese mismo año y otros dos en las semifinales de 2001, más el de la ida- generó una enorme rivalidad, odio incluso, entre algunos jugadores. Se tenían ganas y no hacían nada por ocultarlo.
No ha pasado tanto tiempo como para que dé la sensación de que estamos en otra época. Entonces, los futbolistas concedían entrevistas y daban ruedas de prensa sin que mediara la obligación de la UEFA o de un 'patrocinador'. Roberto Carlos podía, por ejemplo, ningunear a Salihamidzic –"no es nadie" le dijo-, aquel bosnio peleón que era ver una camiseta blanca y salirle humo por las orejas, porque éste después del partido de ida había afirmado que el Real Madrid "no era nada del otro mundo" y que, si se les presionaba, "se cagaban en los pantalones".
Un Bernabéu encendido
Roberto Carlos retó a Salihamidzic a "hablar en el campo", y vaya si hablaron. No pararon. Se dijeron de todo, a gritos, porque el ruido en el estadio era ensordecedor. Durante muchos de los algo más de 90 minutos de juego, en varias zonas del recinto los aficionados vieron el partido de pie. Nadie pedía al de delante que se sentara. Fútbol de otro tiempo, cuando no había más remedio que entrar pronto al campo para coger un buen sitio.
Esa noche los hinchas vaciaron pronto los bares y los cánticos de aliento comenzaron antes de lo habitual. El 'once' elegido por Vicente del Bosque –César, Salgado, Helguera, Hierro, Roberto Carlos, Figo, Makelele, Zidane, Solari, Raúl y Morientes- se calentó aún más al escuchar el alboroto de las gradas. Sergio Ramos, en su cuenta de twitter, ha pedido a los que hoy llenen el Bernabéu que hagan lo mismo: "Que desde el calentamiento sintamos 80.000 almas que nos guían a la victoria. Necesitamos eso".
En el sorteo de campos, Oliver Khan, capitán del Bayern, escogió defender la portería del fondo sur en el primer tiempo. O lo que es lo mismo, cambió la costumbre del Real Madrid de atacar hacia ese lado tras el descanso. Fue la primera gran pitada en honor del portero alemán, al que el Bernabéu también esperaba con ganas. No obstante, Khan había asegurado que a él no le harían dos goles en Madrid "ni borracho". Con uno, siempre y cuando el Bayern no marcara, habría sido suficiente.
Gol de gargantas roncas
El partido fue un constante asedio sobre Khan. El Madrid fallaba y fallaba en lo que no solía: la definición. El Bayern lo pasaba fatal pero mantenía la puerta a cero. Los alemanes perdían tiempo con descaro, lo que enfadaba aún más a los seguidores madridistas.
El agua que caía con ganas llenó de impermeables la grada. No era día de paraguas. En las imágenes de televisión se ve a la gente de las primeras filas protegida por plásticos de colores intentando transmitir su entusiasmo a los jugadores empapados y manchados de hierba y barro.
La suerte no acompañaba a los blancos. Los 'uys' se sucedían. Un disparo a la cruceta de Zidane se gritó como un lamento. No llegaba el gol pero la sensación de que estaba al caer mantenía al público en trance. Un par de tantos rápidos quizá habrían templado el ambiente, la gente se habría sentado y el recuerdo de esa noche tan bonita para los que estuvieron en el estadio no sería el mismo.
La gloria de batir a Khan, y el consiguiente hueco en la historia del club, fue para Iván Helguera. Sonó a gol antiguo, de gargantas roncas. Felicidad absoluta en las gradas tras 69 minutos empujando a los suyos.
El Madrid acusó la 'resaca' de la celebración. La pérdida de un punto de intensidad unida a la obligación del Bayern de empatar estuvo a punto de estropear lo realizado hasta entonces. César evitó que así fuera. El 2-0 definitivo fue obra de Guti, que acababa de saltar al campo en lugar de Morientes.
No hubo tranquilidad total hasta el pitido final, ya que un 2-1 habría significado la prórroga. También fue excepcional que no hubo desbandada en los últimos minutos. Nadie pensaba en coger el metro antes o en el madrugón del día siguiente. La 'despedida' a Salihamidzic, expulsado tras una brutal entrada a Solari, y la ovación final a los jugadores fueron los últimos picos de decibelios de la noche.
Siempre Juanito
El madridismo parece predispuesto a que hoy su equipo sienta algo especial cuando ruede el balón. A falta de pique con los alemanes, lo que sobra es hambre, distinta, eso sí, a la de 2002. El Real Madrid había sido campeón de Europa en 1998 y 2000 pero tenía muy reciente el drama del 'Centenariazo' y la Liga estaba casi perdida. Era cuestión de honor ganar un título en un año tan especial para el club.
A José Mourinho se le saltarían las lágrimas si el público al que ha reclamado tantas veces que "juegue" con el equipo enloqueciera hoy como lo hizo aquella noche fría y lluviosa. De salida, el ambiente será espectacular, con un emotivo tifo en el fondo sur en honor de Juanito, en el 20º aniversario de su fallecimiento. Dependerá de los jugadores que la temperatura se mantenga. Si se vuelcan sobre la portería contraria desde el inicio como Raúl, Figo, Zidane y compañía, o como tantas veces hicieron Santillana, Camacho o el propio Juanito, la animación no decaerá.
El recuerdo del Bernabéu al fallecido 7 del Real Madrid es una de las tradiciones que se mantiene año tras año. Por delante de los aficionados pasaron los mejores futbolistas del mundo pero sólo a Juanito se le nombra en cada partido. El minuto de su dorsal siempre es para él. Bastantes de los que acompañan los cánticos no le vieron jugar en directo pero todos saben que tras remontar una eliminatoria europea al Borussia Mönchengladbach salió del campo al ser sustituido dando saltos de alegría. También conocen que pisó a Matthäus, y que se arrepintió y pidió perdón inmediatamente. Juan Gómez es 'cultura popular madridista', más allá de remontadas y su espíritu, tan invocado en vano en la última década.