Esto escribe hoy Matallanas en El Confidencial:
"Raúl es titularísimo". Pellegrini no dejó lugar a dudas en la rueda de prensa previa al derbi del Calderón. Todos los medios daban en la mañana del partido como titular al capitán del Real Madrid. Alguno lo ponía como duda, pero la gran mayoría siguió al pie de la letra el fenomenal titular que dejó el entrenador chileno, poco dado a estos regalos al periodismo.
Nadie apostaba un euro a que Raúl hiciera historia en el Calderón por ser suplente por tercera vez consecutiva por primera vez en su larga y exitosa carrera, y por iniciar desde el banquillo el partido que más le gusta, ese que se disputa en el Manzanares, estadio en el que el chaval de San Cristobal de Los Angeles soñaba jugar de mayor cuando era pequeño.
Pero Raúl fue suplente. Pasó de "titularísimo" a convertirse en 'suplentísimo' en cuestión de horas, en una decisión con la Pellegrini parecía dar la razón a los que, cada vez más numerosos, apuntan que el Real Madrid juega mejor sin Raúl en el once inicial.
Y Raúl tuvo un comportamiento ejemplar el sábado. Seguro que se consumía por dentro cuando supo que no sería titular, pero cuando saltó al campo tuvo un comportamiento señorial con una afición a la que perteneció hasta los 15 años. Una afición que le recibió, por cierto, con un nivel de decibelios en silbidos muy inferior a lo habitual desde que se convirtió en un mito del madridismo y una bestia negra de los colchoneros.
El capitán del Real Madrid, Raúl.Raúl pudo teatralizar algún lance en el que recibió algún golpe, pero prefirió aguantar, probablemente por respeto a una afición que conoce y que sabe perfectamente lo que sentía al ver que a la decimosexta no iba la vencida y que volvía a ver como su Atleti volvía a ser incapaz de ganar a su 'odiado' Madrid. Esta temporada, según asegura su entorno, Raúl ha asumido su rol de suplente. La pasada campaña le costaba aún bastante.
Le sucedió en alguna ocasión cuando, al conocer que era suplente, se cogió tal cabreo que llegó al vestuario con los auriculares y con una actitud impropia de su leyenda. No lo soportaba y sólo pedía saberlo en la mañana del partido para así mentalizarse, no montar ningún numerito y sumar para el equipo también con su actitud. Y mucho más le costaba asumir la suplencia en las últimas veces que se concentró con la selección española y eso le costó salir de 'La Roja', además del empuje de Fernando Torres y David Villa. Pellegrini ha tardado en decidir la suplencia de Raúl.
Curiosamente ha coincidido la debacle de Alcorcón con el fin de las rotaciones y con la suplencia, repetida tres veces de manera consecutiva, del capitán del Real Madrid. Los ciclos se acaban y Raúl está en ese final de su ciclo en el conjunto merengue, como le pasó a Butragueño, a quien sentó en el banquillo Jorge Valdano, entonces entrenador y hoy director general, para poner a un tal Raulito. Aún en ese final de ciclo, Raúl hará lo imposible por batir otro récord, el de goles anotados que aún ostenta Telmo Zarra. Lo podía hacer como 'titularísimo' y lo puede hacer como 'suplentísimo', estado que más agrada al mandamás del Real Madrid.
Al final parece que se va a conseguir.
Ahora sólo falta que los compis de banquillo partan con las mismas oportunidades de saltar al campo que él, que siempre debe ser el primer cambio convenga o no convenga según está el partido.
"Raúl es titularísimo". Pellegrini no dejó lugar a dudas en la rueda de prensa previa al derbi del Calderón. Todos los medios daban en la mañana del partido como titular al capitán del Real Madrid. Alguno lo ponía como duda, pero la gran mayoría siguió al pie de la letra el fenomenal titular que dejó el entrenador chileno, poco dado a estos regalos al periodismo.
Nadie apostaba un euro a que Raúl hiciera historia en el Calderón por ser suplente por tercera vez consecutiva por primera vez en su larga y exitosa carrera, y por iniciar desde el banquillo el partido que más le gusta, ese que se disputa en el Manzanares, estadio en el que el chaval de San Cristobal de Los Angeles soñaba jugar de mayor cuando era pequeño.
Pero Raúl fue suplente. Pasó de "titularísimo" a convertirse en 'suplentísimo' en cuestión de horas, en una decisión con la Pellegrini parecía dar la razón a los que, cada vez más numerosos, apuntan que el Real Madrid juega mejor sin Raúl en el once inicial.
Y Raúl tuvo un comportamiento ejemplar el sábado. Seguro que se consumía por dentro cuando supo que no sería titular, pero cuando saltó al campo tuvo un comportamiento señorial con una afición a la que perteneció hasta los 15 años. Una afición que le recibió, por cierto, con un nivel de decibelios en silbidos muy inferior a lo habitual desde que se convirtió en un mito del madridismo y una bestia negra de los colchoneros.
El capitán del Real Madrid, Raúl.Raúl pudo teatralizar algún lance en el que recibió algún golpe, pero prefirió aguantar, probablemente por respeto a una afición que conoce y que sabe perfectamente lo que sentía al ver que a la decimosexta no iba la vencida y que volvía a ver como su Atleti volvía a ser incapaz de ganar a su 'odiado' Madrid. Esta temporada, según asegura su entorno, Raúl ha asumido su rol de suplente. La pasada campaña le costaba aún bastante.
Le sucedió en alguna ocasión cuando, al conocer que era suplente, se cogió tal cabreo que llegó al vestuario con los auriculares y con una actitud impropia de su leyenda. No lo soportaba y sólo pedía saberlo en la mañana del partido para así mentalizarse, no montar ningún numerito y sumar para el equipo también con su actitud. Y mucho más le costaba asumir la suplencia en las últimas veces que se concentró con la selección española y eso le costó salir de 'La Roja', además del empuje de Fernando Torres y David Villa. Pellegrini ha tardado en decidir la suplencia de Raúl.
Curiosamente ha coincidido la debacle de Alcorcón con el fin de las rotaciones y con la suplencia, repetida tres veces de manera consecutiva, del capitán del Real Madrid. Los ciclos se acaban y Raúl está en ese final de su ciclo en el conjunto merengue, como le pasó a Butragueño, a quien sentó en el banquillo Jorge Valdano, entonces entrenador y hoy director general, para poner a un tal Raulito. Aún en ese final de ciclo, Raúl hará lo imposible por batir otro récord, el de goles anotados que aún ostenta Telmo Zarra. Lo podía hacer como 'titularísimo' y lo puede hacer como 'suplentísimo', estado que más agrada al mandamás del Real Madrid.
Al final parece que se va a conseguir.
Ahora sólo falta que los compis de banquillo partan con las mismas oportunidades de saltar al campo que él, que siempre debe ser el primer cambio convenga o no convenga según está el partido.