En julio os hablé
aquí y
aquí sobre
Planned Parenthood, el mayor lobby proaborto de Estados Unidos, fundado por
Margaret Sanger, persona muy polémica por
sus tesis racistas. A través de
LifeSiteNews llego ahora al Washington Examiner, que ha publicado
un artículo de Catalina Adair, antigua empleada de Planned Parenthood, destapando los engaños de esa organización. Por su interés lo he traducido al español (las negritas son mías):
Planned Parenthood mientre sobre sí mismaEn 1997 empecé a trabajar en una clínica de Planned Parenthood en Boston como una joven e idealista estudiante universitaria que creía firmemente en lo que me habían dicho acerca de la organización, que estaría ayudando a otras mujeres jóvenes a acceder a la atención sanitaria segura y asequible.
Pero
rápidamente advertí que el mensaje publicitario de Planned Parenthood no reflejaba la realidad. Yo estaba desilusionada por la traición de que se perpetraba en contra de las pacientes y el público en general.
Mi tiempo no era empleado en el cuidado prenatal para mujeres embarazadas, dándoles asesoramiento o servicios básicos de atención sanitaria o educando a mujeres sobre la salud reproductiva.
En vez de eso, me pasaba los días instando a las mujeres a interrumpir su embarazo. Mis superiores me recordaban constantemente de nuestro modelo de negocio se centrada en el aborto:
los abortos eran lo primero, todo lo demás quedaba en segundo lugar.
Empecé a reconocer su énfasis en practicar abortos cada vez que una mujer expresara su preocupación o dudas acerca de tener un aborto. Cuando se lo hice notar a la administración, sin embargo, me dijeron que no me preocupara y que alentase su decisión de seguir adelante con el procedimiento.
Por suerte, la verdad está quedando al descubierto
. El abuso sexual a niñas menores de edad y la explotación de los pobres y las minorías se oculta o se ignora, todo en nombre de más abortos.Planned Parenthood ha hecho todo lo posible para engañar al público haciéndole creer que los abortos constituyen sólo “un 3% de los servicios prestados” en sus clínicas. En realidad, de acuerdo con su informe más reciente,
las pacientes de aborto constituyen el 12% de todas los clientes de Planned Parenthood, es decir, 332.000 de las 3 millones de las clientes induplicadas.
Utilizaron mi concepto erróneo de lo que la organización representaba para animarme a realizar y colaborar en una práctica que constituye el 98% de los servicios de Planned Parenthood a las mujeres embarazadas.
De hecho,
los trabajadores de la clínica evitaban de forma deliberada proporcionar información sobre el desarrollo fetal, lo que el niño parecía, el desarrollo anatómico del niño y el dolor que él o ella podría sentir. Me recordaban continuamente que
en lo referido al bebé, la terminología adecuada era “grupo de células” o “el contenido del útero”.
La misión de Planned Parenthood es presionar a tantas mujeres como sea posible a tener un aborto. Los responsables saben que eso no se puede lograr si se refieren al niño como un “bebé”.
En ese caso la mujer sabría lo que estaba realmente creciendo en su interior: una pequeña persona con un corazón que late, un sistema nervioso en funcionamiento, pequeñas manos y pies.
El niño es totalmente ignorado. No hay orientación, ni cuidado, ni espera ni discusión. Una vez que el embarazo se confirma, hay que acabar con él.
Planned Parenthood se aprovecha específicamente de las mujeres que son muy jóvenes o están mal informadas como para saber que no deben confiar en ellos su bienestar. Aquellos que conocen la verdad tienen el deber de hablar claro.
No se dejen engañar por sus frases cortas y manipulaciones estadísticas.
Planned Parenthood no está “a favor de las mujeres”, como dice. Es pro-aborto. No está con las mujeres. Está por acabar con nuestros embarazos. Las mujeres son tratadas como mercancías, no como seres humanos.
Debemos arrojar luz sobre lo que Planned Parenthood realmente hace.
Se gasta millones de dólares cada año para asegurarse de que el contribuyente estadounidense va a seguir subsidiando sus servicios de aborto.El año pasado, las obras de Planned Parenthood percibieron una cifra récord de 363 millones de dólares en fondos del gobierno. Eso se genera en buena medida haciendo falsas declaraciones sobre cómo la financiación pública reduce el número de abortos.
Sin embargo, los números cuentan una historia diferente. Desde 2000 a 2009, Planned Parenthood observó un aumento del 80% en fondos de los contribuyentes y un aumento del 69% en el número de abortos que realiza.
Las mujeres merecen algo mejor.
Catalina Anthony Adair es una exempleada de Planned Parenthood y residente de Massachusetts.