Cansado de la rutina y dejando atrás su trabajo como
periodista, ‘el gurú de la bicicleta’, como se autodefine, decidió
empacar su mundo en dos maletines y emprender circuitos selectivos por
América Latina y Europa. “El último verano, entre París y Berlín,
recorrí mil kilómetros. Cada día hacía entre 40 y 50, alternando con
caminatas de 10 ó 15 kilómetros”.
Pero como su objetivo no es batir récords sino disfrutar del viaje,
Omar puede desviarse en cuanto ve un paraje, un monasterio o un
edificio que le llame la atención. “En 2008 iba para la Costa Azul y
me gustó un castillo. Me bajé, pregunté y resultó que era una
comunidad Hare Krishna. Pedí algo para desayunar y me quedé cuatro
meses”.
TRABAJO SIN ATADURAS
¿De qué vive? Primera pregunta que se te ocurre al conocer este
personaje. La respuesta es sencilla: “cuando necesito trabajar, lo
hago y recojo el dinero suficiente para comprar un billete de avión.
Vuelo con mi bici, llego a Europa y emprendo mi circuito. Al llegar a
los pueblos me presento ante el Alcalde, solicito un lugar para ubicar
mi carpa o para dormir y me paro en las calles a explicar mi estilo de
vida. Encuentro gente que me entrega donaciones increíbles para que
disfrute lo que ellos no pueden”.
En su camino también da con patrocinadores que, a cambio de un anuncio
en su web (omarglobal.com) o de que
lleve puesta una prenda con logotipo, le regalan lo que necesite.
“Quizás sea una irresponsabilidad vivir así, pero gracias a Dios
existe el derecho a la fuga”, dice divertido este hombre que está a
punto de cumplir 46 años y es padre de tres hijas.
Durante su paso por Barcelona, Omar Ruíz se paró en Las Ramblas, y dio
lecciones magistrales: “un viaje en bicicleta tiene dimensiones
económicas, ecológicas, anecdóticas y espirituales. Con ella tonificas
los músculos y potencias la libido”.
Y por supuesto, “valoras más cada ducha o alimento”. A comienzos de
marzo partió rumbo a Portugal para “hacer el camino de Santiago y
atravesar Francia. Quiero ir este verano a Viena y tal vez llegue a
Turquía o Grecia”. No se sabe.
Lo único cierto en este trotamundos es que su pasaporte lo identifica
como canadiense, pese a que su lugar de nacimiento fue Paraguay y a
que se describe como “orgulloso latinoamericano”.
Lo pongo porque me le encontre ayer, estuve hablando un rato con el. Empezamos en castellano y terminamos en ingles ya que le resultaba mas comodo. Un tipo curioso sin duda, inteligente, rapido, respetuoso y sobre todo alguien con las ideas muy claras.
En definitiva, alguien que me da envidia