"¡Messi, Messi, Messi!" Quedaban 10 minutos para el final y el resultado (2-2) ya era lo de menos. El Gamper de anoche pasará a la historia por haber entronizado a un futbolista magistral que ofreció un recital. El pequeño delantero argentino, el día de su debut como titular, dejó impresionado al Camp Nou y al Juventus, cuya defensa se vio desbordada para frenar todas sus interminables diabluras.
El Barça y la Juve ofrecieron un partidazo más propio de la Champions que de un torneo de verano iluminado además por un jugador genial. Rijkaard tendrá un problema muy serio porque sería un crimen que Messi no tuviera sitio en su equipo. La Juve tiró de oficio y de dos penaltis para combatir a un Barça muy fiero. Entre penalti y penalti quedaron dos momentos geniales del Barça, con un gol de Iniesta, en un pase magistral del argentino, y un zapatazo de Gio. Messi se fue ovacionado al final porque los penaltis eran lo de menos y Rijkaard quiso que ovacionaran a La pulga por su partidazo.
La Juve pintó en apenas 10 minutos el peor escenario posible. El mejor guión para el rey del calcio. El Barça deslumbró tanto por arriba con las espectaculares internadas de Messi como decepcionó por sus lagunas en defensa. Los fallos en la zaga se adivinan como el talón de Aquiles del Barça. El carril derecho fue una autopista sin peaje y Ibrahimovic se movió como pez en el agua: vio solo a Vieira en el área pequeña y Oleguer cometió penalti. Valdés estuvo a punto de detener el disparo de Del Piero, pero la mano se le quedó blanda y el balón acabó en la red. El 0-1 transformó al excitado Camp Nou, que se olvidó de fiestas y abrazó el encuentro como si le fuera la vida. Acelerado, pasado de vueltas, al equipo le faltó calma y templar su ritmo, pero aceptó el envite. Y empezó un partidazo.
Y parece que fue ayer
6 añitos ya