Suma y sigue. Segundo clásico consecutivo y segunda levantada de camisa arbitral al Barça. Después de que Muñiz Fernández permitiese la dureza de Pepe, Khedira y compañía en el Madrid-Barça de Liga y se comiese un penalti de Casillas a Villa, Undiano remató la faena en la final de Copa dejando que se fuesen de rositas tres madridistas que merecieron ser expulsados pero acabaron el partido: Arbeloa, Xabi Alonso y, de nuevo, Pepe, ya conocido como el de las butifarras. Y es que el despliegue de violencia de varios jugadores del Real Madrid en Mestalla sólo fue comparable a la exhibición de ceguera arbitral de Undiano ante semejantes tropelías.
Ante este escenario doméstico, los pelos de muchos culés están ya de punta pensando en lo que puede pasar en la Champions League. Porque si en España se permite la dureza extrema del Real, en Europa los arbitrajes suelen ser más laxos y condescendientes con las patadas. Ojo, que algún jugador del Barça también reparte estopa, pero nada comparable con la que están dando los que van de blanco.
En el Barça esperan que Michel Platini, que fue un futbolista muy técnico que sufrió la violencia en sus carnes y que siempre se ha declarado defensor del juego limpio, dé órdenes de que los árbitros de las 'semis' de Champions hilen muy fino, porque el mundo entero estará pendiente de estos partidos. Falta hará dado que Pierluigi Collina, amigo íntimo de Zidane y el árbitro que hundió al Barça ante el Chelsea en 2005, es el jefe de designación arbitral de la UEFA.
Suman y siguen