http://www.marca.com/2010/12/01/futbol/equipos/barcelona/1291207456.html
La victoria del lunes del Barcelona ante el Real Madrid por 5-0 fue la séptima ocasión en la historia de la Liga en la que los azulgrana arrollan en su terreno de juego a los madridistas al ganarles por al menos cuatro goles de diferencia.
Un festival que en el desarrollo inmediato de la competición y también a largo plazo ha dejado lecturas interesantes. La primera de ellas es la diferente forma de afrontar el siguiente compromiso. Mientras los 'heridos' madridistas siempre sacaron a relucir su orgullo al vencer en los partidos que tuvo que afrontar como local (cuatro goleadas y dos victorias por la mínima), a los barcelonistas no se les pasó la 'resaca' de una jornada histórica en ningún caso y nunca pudo llevarse el triunfo en su siguiente duelo, repartiendo por igual empates y derrotas (tres).
A largo plazo
La segunda lectura es el desarrollo posterior del campeonato, en el que el Barcelona sale beneficiado. De los seis casos anteriores, el equipo de la Ciudad Condal acabó siendo campeón en tres (1944-45, 1958-59 y 1993-94), por una del Real Madrid (1953-54) y dos en los que ninguno de estos dos gigantes logró llevarse el gato al agua (1934-35 Betis y 1950-51 Atlético).
En la estadística brilla con luz propia el caso de la temporada 1953-54. El Real Madrid llegaba líder, con dos puntos de ventaja sobre el Barcelona, al que había endosado un 5-0 en la primera vuelta. Los Kubala y compañía se tomaron cumplida venganza en la segunda vuelta, con un 5-1, pero valiendo el gol inicial de Di Stéfano para que los madridistas, empatados a puntos, mantuvieran el liderato.
A la siguiente jornada, los blancos recibían a un Atlético en horas bajas y los azulgrana visitaban a un Osasuna en puestos de promoción. El equipo de Enrique Fernández resolvió de forma contundente (5-0), en tanto que el Barcelona se estrellaba en Pamplona, en el campo de San Juan, por un gol marcado por Pahuet en el minuto 76. Y eso que la crónica de MARCA, a cargo de Echeverría, finalizaba con un relato que, a priori, bien podría asemejarse a lo que espera este fin de semana: "Fue un choque entre un Barcelona, con mejor técnica y con mejor equipo, al ataque, y un Osasuna a la defensiva, tratando de aprovechar las pocas oportunidades que se le presentaban. El Barcelona, justo es decirlo, tuvo mala suerte al fallar ocasiones clarísimas en el primer tiempo y ver cómo no entraban en la segunda parte balones que irremisiblemente parecía que iban a terminar en la red. También el Osasuna falló una clara ocasión por parte de Pahuet".
Aquella temporada fue la única en la que el Real Madrid, tras perder por cuatro goles o más en territorio del Barcelona, enjugó sus lágrimas posteriormente con el título de Liga.
La victoria del lunes del Barcelona ante el Real Madrid por 5-0 fue la séptima ocasión en la historia de la Liga en la que los azulgrana arrollan en su terreno de juego a los madridistas al ganarles por al menos cuatro goles de diferencia.
Un festival que en el desarrollo inmediato de la competición y también a largo plazo ha dejado lecturas interesantes. La primera de ellas es la diferente forma de afrontar el siguiente compromiso. Mientras los 'heridos' madridistas siempre sacaron a relucir su orgullo al vencer en los partidos que tuvo que afrontar como local (cuatro goleadas y dos victorias por la mínima), a los barcelonistas no se les pasó la 'resaca' de una jornada histórica en ningún caso y nunca pudo llevarse el triunfo en su siguiente duelo, repartiendo por igual empates y derrotas (tres).
A largo plazo
La segunda lectura es el desarrollo posterior del campeonato, en el que el Barcelona sale beneficiado. De los seis casos anteriores, el equipo de la Ciudad Condal acabó siendo campeón en tres (1944-45, 1958-59 y 1993-94), por una del Real Madrid (1953-54) y dos en los que ninguno de estos dos gigantes logró llevarse el gato al agua (1934-35 Betis y 1950-51 Atlético).
En la estadística brilla con luz propia el caso de la temporada 1953-54. El Real Madrid llegaba líder, con dos puntos de ventaja sobre el Barcelona, al que había endosado un 5-0 en la primera vuelta. Los Kubala y compañía se tomaron cumplida venganza en la segunda vuelta, con un 5-1, pero valiendo el gol inicial de Di Stéfano para que los madridistas, empatados a puntos, mantuvieran el liderato.
A la siguiente jornada, los blancos recibían a un Atlético en horas bajas y los azulgrana visitaban a un Osasuna en puestos de promoción. El equipo de Enrique Fernández resolvió de forma contundente (5-0), en tanto que el Barcelona se estrellaba en Pamplona, en el campo de San Juan, por un gol marcado por Pahuet en el minuto 76. Y eso que la crónica de MARCA, a cargo de Echeverría, finalizaba con un relato que, a priori, bien podría asemejarse a lo que espera este fin de semana: "Fue un choque entre un Barcelona, con mejor técnica y con mejor equipo, al ataque, y un Osasuna a la defensiva, tratando de aprovechar las pocas oportunidades que se le presentaban. El Barcelona, justo es decirlo, tuvo mala suerte al fallar ocasiones clarísimas en el primer tiempo y ver cómo no entraban en la segunda parte balones que irremisiblemente parecía que iban a terminar en la red. También el Osasuna falló una clara ocasión por parte de Pahuet".
Aquella temporada fue la única en la que el Real Madrid, tras perder por cuatro goles o más en territorio del Barcelona, enjugó sus lágrimas posteriormente con el título de Liga.