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A por otro Mundial
ante el Comité Ejecutivo de la FIFA. A las diez de la mañana, con puntualidad suiza, Joseph Blatter, presidente de la FIFA, tomó la palabra. Tras nombrar a las autoridades, Blatter destacó la presencia de Eusebio, leyenda del fútbol luso, y de Iker Casillas, al que presentó como campeón del mundo y con el que bromeó por el 4-0 encajado en Lisboa el 17 de noviembre.
Tres minutos más tarde, Pedro Mourinho, maestro de ceremonias tomó la palabra para arrancar la presentación. El periodista de la cadena SIC presentó a la delegación española, hizo un esbozo de cómo iba a ser la media hora y cedió a la palabra a José Sócrates, primer ministro de Portugal.
El mandatario luso agradeció ser el primero en presentar el proyecto de España y Portugal. En los 120 segundos que le correspondían destacó sobre todo dos cosas: la profesionalidad de la organización y las garantías de seguridad, poniendo como ejemplo la Euro de 2004 y, como segunda columna esencial, el hecho de que sean dos países europeos con mira a los cinco continentes por la historia de España y Portugal.
Zapatero: "Podríamos organizar el Mundial el próximo mes".
El relevo de Sócrates lo tomó Zapatero a las 10.08: "Buenos días, presidente de la FIFA. Enhorabuena por ser la casa del fútbol mundial. España se siente como en sus casa, no podía ser de otra manera viendo aquí la copa del mundo. Ofrecemos muchas ganas, pero también la capacidad por unas infraestructuras que permitirían organizar el Mundial si hiciera falta el mes que viene. Tenemos la mayor red de alta velocidad de Europa, autopistas que comunican todas las posible sedes, 50 aeropuertos en la península, de los más modernos... Además, tenemos el honor de ser el primer destino turístico mundial: más de 70 millones de turistas cada año, lo que refleja la calidad de nuestra capacidad hotelera. España y Portugal atesoran una gran riqueza histórica, cultural, de atracción por su belleza, 300 días de sol y mar al año. Son dos países hermanos, unidos, de honda tradición futbolísticas. Queremos este Mundial, estamos convencidos de que lo haremos muy bien y de que contribuiéremos a una competición que une países, culturas, razas, religiones. Para acabar, felicito a la FIFA el Mundial en África, que fue ejemplar, que hizo feliz a mucha gente y que fue brillante, sobre todo por el equipo ganador".
Tras un vídeo de introducción general a la candidatura, el director de la misma, Miguel Ángel López explicó las características técnicas del proyecto, haciendo hincapié especial en el hecho de que se planteen cinco estadios diferentes para jugarse el partido inaugural, las semifinales, el tercer y cuarto puesto y la final, hecho sin precedentes. También resaltó la capacidad hotelera de primera calidad, la facilidad en el transporte, la protección del medio ambiente (se plantarán por cada gol que se marque 1.000 árboles en la ciudad en la que se juegue ese partido) o el mando único en las estructuras de seguridad. Su último mensaje fue para destacar el 'fair play' que ha mantenido siempre la Candidatura Ibérica, con un claro mensaje a las acusaciones vertidas, sobre todo, desde la prensa inglesa.
Tras las palabras de López se introdujo un vídeo que mostró las cualidades técnicas del proyecto hispano-luso. Tras el mismo, la palabra fue para Roberto Marinho, vicepresidente de la Candidatura, que tomó un turno que estaba en principio destinado para Gilberto Madail, presidente de la Federación Portuguesa de Fútbol.
Alegato de Villar a favor de la FIFA
La presentación la cerró Ángel María Villar. Tras citar a todos los miembros que estaban en la sede de FIFA, Villar habló del legado: "Para mí ya es un legado que un Mundial se celebre en España y Portugal, y ya tenemos experiencia en España. Me voy a dirigir en especial a mis colegas del Comité Ejecutivo, que me han enseñado muchas cosas. Ellos saben perfectamente que el principal objetivo que tiene la FIFA es mejorar constantemente el fútbol en todos los rincones del mundo y, además, entregar el fútbol al mundo. Casi nada. Principio de mucho contenido y que la FIFA lo cumple día a día. Nuestro deporte es universal, tiene un carácter formativo, cultural y transmite a la sociedad muchos motores. La FIFA tiene 208 asociaciones, algo que no tiene ni la ONU, es la sociedad privada más importante del mundo, en la que España está desde 1904. Como dice Blatter, tenemos una quinta parte de mundo que piensa por nuestro deporte. Tenemos a razas, sociedades, políticas, religiones diferentes. Nos reunimos sin discriminación. Y yo tengo la gran suerte de ser de las personas que deciden cosas. Cada cuatro años organizamos un espectáculo tal que no nos damos cuenta de lo que tenemos en nuestras manos. Los Mundiales de 2018 y 2022 tienen una gran importancia en la familia de FIFA, como todos los anteriores. El Mundial nos proyecta a todos los rincones del mundo, damos una alegría extraordinaria al mundo y sirve para transmitir todos los programas sociales de la FIFA. Tenemos la idea de hacer una sociedad mejor a través del fútbol, ponemos millones de dólares al servicio de la sociedad. Hoy, el Ejecutivo tiene una gran responsabilidad. Es una decisión delicada, importante y trascendental para la FIFA. El sí firme a la pregunta que nos hicimos si podíamos cumplir lo que nos pedía el Ejecutivo es le mejor aval. El fútbol forma parte indisoluble en la península ibérica, tema de conversación cada día".
Villar cerró su largo discurso, que pasó los cuatro minutos establecidos, destacando la fuerza de todas las candidaturas, su disposición a ponerse al lado de la que gane desde el momento en que se anuncie y una encendida defensa de sus compañeros: "La FIFA está limpia, el proceso de candidatura ha sido limpio. Los miembros del Ejecutivo sois gente honrada y trabajadora. Los que estáis aquí y también los que no (en ese momento rompieron a aplaudir sus colegas, lo que no había pasado en toda la mañana). Ya está bien de que nos difamen".
Tras el último vídeo, sin que se esperara, reapareció Villar para asegurar que "nada me daría más satisfacción más que organizar el Mundial 2018 y mantener la confianza de los miembros del Ejecutivo".
ante el Comité Ejecutivo de la FIFA. A las diez de la mañana, con puntualidad suiza, Joseph Blatter, presidente de la FIFA, tomó la palabra. Tras nombrar a las autoridades, Blatter destacó la presencia de Eusebio, leyenda del fútbol luso, y de Iker Casillas, al que presentó como campeón del mundo y con el que bromeó por el 4-0 encajado en Lisboa el 17 de noviembre.
Tres minutos más tarde, Pedro Mourinho, maestro de ceremonias tomó la palabra para arrancar la presentación. El periodista de la cadena SIC presentó a la delegación española, hizo un esbozo de cómo iba a ser la media hora y cedió a la palabra a José Sócrates, primer ministro de Portugal.
El mandatario luso agradeció ser el primero en presentar el proyecto de España y Portugal. En los 120 segundos que le correspondían destacó sobre todo dos cosas: la profesionalidad de la organización y las garantías de seguridad, poniendo como ejemplo la Euro de 2004 y, como segunda columna esencial, el hecho de que sean dos países europeos con mira a los cinco continentes por la historia de España y Portugal.
Zapatero: "Podríamos organizar el Mundial el próximo mes".
El relevo de Sócrates lo tomó Zapatero a las 10.08: "Buenos días, presidente de la FIFA. Enhorabuena por ser la casa del fútbol mundial. España se siente como en sus casa, no podía ser de otra manera viendo aquí la copa del mundo. Ofrecemos muchas ganas, pero también la capacidad por unas infraestructuras que permitirían organizar el Mundial si hiciera falta el mes que viene. Tenemos la mayor red de alta velocidad de Europa, autopistas que comunican todas las posible sedes, 50 aeropuertos en la península, de los más modernos... Además, tenemos el honor de ser el primer destino turístico mundial: más de 70 millones de turistas cada año, lo que refleja la calidad de nuestra capacidad hotelera. España y Portugal atesoran una gran riqueza histórica, cultural, de atracción por su belleza, 300 días de sol y mar al año. Son dos países hermanos, unidos, de honda tradición futbolísticas. Queremos este Mundial, estamos convencidos de que lo haremos muy bien y de que contribuiéremos a una competición que une países, culturas, razas, religiones. Para acabar, felicito a la FIFA el Mundial en África, que fue ejemplar, que hizo feliz a mucha gente y que fue brillante, sobre todo por el equipo ganador".
Tras un vídeo de introducción general a la candidatura, el director de la misma, Miguel Ángel López explicó las características técnicas del proyecto, haciendo hincapié especial en el hecho de que se planteen cinco estadios diferentes para jugarse el partido inaugural, las semifinales, el tercer y cuarto puesto y la final, hecho sin precedentes. También resaltó la capacidad hotelera de primera calidad, la facilidad en el transporte, la protección del medio ambiente (se plantarán por cada gol que se marque 1.000 árboles en la ciudad en la que se juegue ese partido) o el mando único en las estructuras de seguridad. Su último mensaje fue para destacar el 'fair play' que ha mantenido siempre la Candidatura Ibérica, con un claro mensaje a las acusaciones vertidas, sobre todo, desde la prensa inglesa.
Tras las palabras de López se introdujo un vídeo que mostró las cualidades técnicas del proyecto hispano-luso. Tras el mismo, la palabra fue para Roberto Marinho, vicepresidente de la Candidatura, que tomó un turno que estaba en principio destinado para Gilberto Madail, presidente de la Federación Portuguesa de Fútbol.
Alegato de Villar a favor de la FIFA
La presentación la cerró Ángel María Villar. Tras citar a todos los miembros que estaban en la sede de FIFA, Villar habló del legado: "Para mí ya es un legado que un Mundial se celebre en España y Portugal, y ya tenemos experiencia en España. Me voy a dirigir en especial a mis colegas del Comité Ejecutivo, que me han enseñado muchas cosas. Ellos saben perfectamente que el principal objetivo que tiene la FIFA es mejorar constantemente el fútbol en todos los rincones del mundo y, además, entregar el fútbol al mundo. Casi nada. Principio de mucho contenido y que la FIFA lo cumple día a día. Nuestro deporte es universal, tiene un carácter formativo, cultural y transmite a la sociedad muchos motores. La FIFA tiene 208 asociaciones, algo que no tiene ni la ONU, es la sociedad privada más importante del mundo, en la que España está desde 1904. Como dice Blatter, tenemos una quinta parte de mundo que piensa por nuestro deporte. Tenemos a razas, sociedades, políticas, religiones diferentes. Nos reunimos sin discriminación. Y yo tengo la gran suerte de ser de las personas que deciden cosas. Cada cuatro años organizamos un espectáculo tal que no nos damos cuenta de lo que tenemos en nuestras manos. Los Mundiales de 2018 y 2022 tienen una gran importancia en la familia de FIFA, como todos los anteriores. El Mundial nos proyecta a todos los rincones del mundo, damos una alegría extraordinaria al mundo y sirve para transmitir todos los programas sociales de la FIFA. Tenemos la idea de hacer una sociedad mejor a través del fútbol, ponemos millones de dólares al servicio de la sociedad. Hoy, el Ejecutivo tiene una gran responsabilidad. Es una decisión delicada, importante y trascendental para la FIFA. El sí firme a la pregunta que nos hicimos si podíamos cumplir lo que nos pedía el Ejecutivo es le mejor aval. El fútbol forma parte indisoluble en la península ibérica, tema de conversación cada día".
Villar cerró su largo discurso, que pasó los cuatro minutos establecidos, destacando la fuerza de todas las candidaturas, su disposición a ponerse al lado de la que gane desde el momento en que se anuncie y una encendida defensa de sus compañeros: "La FIFA está limpia, el proceso de candidatura ha sido limpio. Los miembros del Ejecutivo sois gente honrada y trabajadora. Los que estáis aquí y también los que no (en ese momento rompieron a aplaudir sus colegas, lo que no había pasado en toda la mañana). Ya está bien de que nos difamen".
Tras el último vídeo, sin que se esperara, reapareció Villar para asegurar que "nada me daría más satisfacción más que organizar el Mundial 2018 y mantener la confianza de los miembros del Ejecutivo".
