Cientos de jóvenes incendiaron coches y atacaron a la policía y a los equipos de rescate en barrios pobres de inmigrantes durante tres noches de disturbios en Estocolmo (Suecia), los peores en años en el país.
El martes por la noche, una comisaría fue atacada en el área de Jakobsberg en el noroeste de la ciudad, dos escuelas sufrieron daños y un centro de arte fue incendiado, pese a un llamamiento a la calma del primer ministro, Fredrik Reinfeldt.
Los disturbios en una de las capitales más ricas de Europa han conmocionado a un país que se enorgullece de su reputación de justicia social y ha alimentado un debate sobre cómo se aborda el desempleo juvenil y el ingreso de inmigrantes.
"Hemos tenido unos 30 coches en llamas anoche, unos incendios que relacionamos con bandas juveniles y delincuentes", dijo el miércoles Kjell Lindgren, portavoz de la policía de Estocolmo.
Agregó que ocho personas fueron detenidas el martes por la noche, pero no hubo información sobre heridos.
Los disturbios parecen haberse extendido por la muerte a manos de la policía de un inmigrante de 69 años que portaba un machete en el barrio de Husby este mes, que llevó a acusaciones de brutalidad policial.
"Todos deben ayudar a restablecer la calma, padres y adultos", dijo Reinfeldt a periodistas el martes.
Tras décadas de "modelo sueco" con un generoso estado de bienestar, Suecia ha reducido el papel del estado desde la década de 1990, con el mayor crecimiento de la desigualdad en el área de la OCDE de economías desarrolladas.
Aunque el nivel de vida aún está entre los más altos de Europa, los gobiernos no han logrado reducir el desempleo juvenil a largo plazo y la pobreza, que ha afectado con más fuerza a los inmigrantes.
El tabloide de izquierda Aftonbladet dijo que los disturbios representan un "gigantesco fracaso" de una política gubernamental que ha llevado al aumento de los guetos en los suburbios.
"Hemos fracasado en dar esperanza de futuro a la mayoría de la gente de los suburbios", dijo Anna-Margrethe Livh del partido opositor Partido de Izquierda en el diario Svenska Dagbladet.
Un partido contrario a la inmigración, los Demócratas de Suecia, han subido hasta el tercer puesto en las encuestas de cara a las elecciones generales del próximo año, lo que refleja la inquietud por la inmigración entre muchos votantes.
Alrededor del 15 por ciento de la población ha nacido en el extranjero, la mayor proporción entre los países nórdicos. El desempleo entre los nacidos fuera de Suecia está en el 16%, frente al 6% para los nacidos en el país, según datos de OCDE.
Suecia está cuarta entre 44 países industrializados en el número absoluto de demandantes de asilo y segunda en relación a su población, según datos de la ONU.
El martes por la noche, una comisaría fue atacada en el área de Jakobsberg en el noroeste de la ciudad, dos escuelas sufrieron daños y un centro de arte fue incendiado, pese a un llamamiento a la calma del primer ministro, Fredrik Reinfeldt.
Los disturbios en una de las capitales más ricas de Europa han conmocionado a un país que se enorgullece de su reputación de justicia social y ha alimentado un debate sobre cómo se aborda el desempleo juvenil y el ingreso de inmigrantes.
"Hemos tenido unos 30 coches en llamas anoche, unos incendios que relacionamos con bandas juveniles y delincuentes", dijo el miércoles Kjell Lindgren, portavoz de la policía de Estocolmo.
Agregó que ocho personas fueron detenidas el martes por la noche, pero no hubo información sobre heridos.
Los disturbios parecen haberse extendido por la muerte a manos de la policía de un inmigrante de 69 años que portaba un machete en el barrio de Husby este mes, que llevó a acusaciones de brutalidad policial.
"Todos deben ayudar a restablecer la calma, padres y adultos", dijo Reinfeldt a periodistas el martes.
Tras décadas de "modelo sueco" con un generoso estado de bienestar, Suecia ha reducido el papel del estado desde la década de 1990, con el mayor crecimiento de la desigualdad en el área de la OCDE de economías desarrolladas.
Aunque el nivel de vida aún está entre los más altos de Europa, los gobiernos no han logrado reducir el desempleo juvenil a largo plazo y la pobreza, que ha afectado con más fuerza a los inmigrantes.
El tabloide de izquierda Aftonbladet dijo que los disturbios representan un "gigantesco fracaso" de una política gubernamental que ha llevado al aumento de los guetos en los suburbios.
"Hemos fracasado en dar esperanza de futuro a la mayoría de la gente de los suburbios", dijo Anna-Margrethe Livh del partido opositor Partido de Izquierda en el diario Svenska Dagbladet.
Un partido contrario a la inmigración, los Demócratas de Suecia, han subido hasta el tercer puesto en las encuestas de cara a las elecciones generales del próximo año, lo que refleja la inquietud por la inmigración entre muchos votantes.
Alrededor del 15 por ciento de la población ha nacido en el extranjero, la mayor proporción entre los países nórdicos. El desempleo entre los nacidos fuera de Suecia está en el 16%, frente al 6% para los nacidos en el país, según datos de OCDE.
Suecia está cuarta entre 44 países industrializados en el número absoluto de demandantes de asilo y segunda en relación a su población, según datos de la ONU.