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    AS Mónaco: el diamante francés en la sombra

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    AS Mónaco: el diamante francés en la sombra Empty AS Mónaco: el diamante francés en la sombra

    Mensaje por Cani1710 Lun Feb 06, 2012 3:56 pm

    Pocos podían adivinarlo en mayo de 2000 cuando el Mónaco de Barthez, Marcelo Gallardo o Trézéguet se proclamaba campeón de la liga francesa. Todavía menos podían imaginarlo cuatro años más tarde cuando los goles de Giuly y Morientes tumbaban al Madrid galáctico para oír el himno de la Champions en la final disputada ante el Oporto en Gelsenkirchen. Nadie podía aventurarlo, pero una década más tarde el Mónaco está sufriendo en las brasas del infierno de la Ligue 2.

    Ya de nada sirven las menciones de la IFFHS de setiembre y noviembre de 2003 como mejor equipo del mundo, muy lejos quedan nombres como Henry, Evra o Adebayor que dieron brillantez al Louis II. Su guerra actual es otra, más humilde pero más vital, es la lucha por la supervivencia.

    Tras un oscuro verano para equipos de relumbrón como Deportivo de la Coruña, West Ham, Sampdoria o River Plate, el Mónaco es el caso más sangrante de los caídos a segunda división. Un alarmante arranque – una victoria en 18 jornadas – y una desesperada reacción – dos triunfos y un empate – le sitúan en zona de descenso, 19º con 20 puntos en 21 partidos, uno menos, tras aplazarse su encuentro de esta jornada, que el Arles-Avignon, quien marca la salvación tres puntos por encima.

    Muchos son los motivos que han llevado al equipo del principado a derrumbarse. Tras años viviendo en la mediocridad de la zona media del campeonato francés a pesar de gozar de un potente presupuesto gracias, en parte, a la familia real de Mónaco, la temporada pasada culminó su pesadilla en la última jornada liguera tras caer derrotado 0-2 en el Louis II ante el Olympique de Lyon. El entrenador de ese Lyon que ejecutó la condena fue, casualidades de la vida, Claude Puel, el mismo que condujo al Mónaco a su último gran título alzando la Ligue 1 del curso 1999-2000. Así se certificó un descenso que se había gestado a partir de la inestabilidad de proyectos demasiado efímeros. Demasiados cambios en un equipo que ha permutado ocho veces de entrenador en los últimos seis años y medio. Demasiados vaivenes en el siempre frío Louis II. El adiós a la Ligue 1 conllevó, además, la enésima reestructuración del equipo. Dijeron adiós algunos de sus nombres con más caché: Park Chu-Yong se fue al Arsenal, el meta Stéphane Ruffier se marchó dirección Saint-Étienne, mientras que la joven promesa Nicolas N’Kolou apostó por el Olympique de Marsella.



    El destino ha reservado el ocaso más cruel para el diamante del futbol francés, un rubí que se está viendo obligado a batallar por no ahogarse con otro descenso de categoría.


    En su naufragio, quien volvió al barco monegasco fue una vieja gloria del equipo como Ludovic Giuly. El pequeño atacante vive a sus 35 años sus últimos días de fútbol ayudando al club que le encumbró en Europa. El patrón es Marco Simone –pieza clave con 21 tantos en el último título liguero del Mónaco– tras otro relevo en el banquillo el setiembre pasado. Mientras tanto, la tripulación es una mezcla de veteranos y juventud, mucha juventud, y es que los del principado han tenido que apostar por la cantera. Con una media de edad de 24 años, nombres como los de su pichichi actual Valère Germain, el mediocentro ofensivo Valentin Eysseric o el zaguero Dennis Appiah, todos ellos formados en el club, tienen la misión de renacer al Mónaco de sus cenizas.

    La cantera tiene que ser la tabla de salvación del Mónaco y la mejor garantía de ello es la Copa Gambardella –campeonato sub-19 francés de clubes– lograda en mayo pasado por un Mónaco en el cual muchos de los integrantes ya juegan ahora en el primer equipo. La solvencia económica parece asegurada después de que el millonario ruso Dimitri Rybolovlev se hiciera en diciembre pasado con dos terceras partes del accionariado del club monegasco. Todos tienen que remar para revivir al Mónaco. Remar para salvarlo de las brasas de la cola de la Ligue 2 y, quizás algún día, para volver a ser aquel diamante que brillaba por Francia.


    Un articulo nostálgico que encontré en tierras forococheras. Una lastima lo del Monaco, vaya destrucción que ha llevado.

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